Calcinados

Calcinar cadáveres es la nueva modalidad del crimen organizado para intentar no dejar evidencias y desparecer personas; desde el auge del huachicol, la mayoría de victimas sólo eran ejecutadas, al paso de los años y con el robo de trasporte de carga, varias fueron ejecutadas, desmembradas y decapitadas, ahora buscan no dejar evidencias y complicar la identificación de los cuerpos.

Hasta hace poco, los homicidios de integrantes del crimen organizado en el Triángulo Rojo se reflejaron en muertes violentas tales como ejecuciones, decapitaciones, desmembramientos y hasta enterrados en fosas clandestinas.

Desde el mes pasado se han dado varios casos en que los cuerpos son calcinados, algunos quedan carbonizados con la finalidad de evitar la identificación y complicar las investigaciones de las autoridades.

Los materiales más usados por los integrantes del crimen organizado para quemar los cuerpos de sus víctimas son gasolina, diesel, neumáticos y basura del entorno.

El proceso de entrega de un cuerpo calcinado a sus deudos lleva hasta ocho meses identificar y analizar a las autoridades dados los estudios genéticos necesarios para confirmar la identidad.

Durante noviembre pasado, se documentaron tres casos de personas calcinadas en el Triángulo Rojo, dos en el municipio de Tecamachalco, donde la violencia no da tregua, el tercero se trató de una mujer carbonizada en el municipio de Los Reyes de Juárez, aunque sólo son las carpetas de investigación que llevan las autoridades y se desconoce de más casos como estos.

Cerros, campos y zonas deshabitadas de los tres municipios del Triángulo Rojo eran los lugares elegidos por los delincuentes, pero ahora son arrojados en zonas urbanas sin el menor recato.

Tecamachalco

El pasado 30 de octubre, elementos del Ejército Mexicano, durante patrullajes para inhibir la delincuencia, localizaron una camioneta completamente calcinada en terrenos de siembra en la junta auxiliar de San Mateo Tlaixpan.

En la parte trasera encontraron un cuerpo carbonizado que fue identificado como Gonzalo Miguel N, de 27 años de edad y originario de Quecholac, quien fue reportado como desparecido un par de días antes.

Los Reyes de Juárez

El 21 de noviembre, campesinos que pasaban por el paraje conocido como la Presa Vieja, encontraron en un basurero un cadáver carbonizado en las inmediaciones de la junta auxiliar Benito Juárez, del municipio Los Reyes de Juárez, y San Mateo de Parra, municipio de Tepeaca.

Horas después, se informó que se trataba de una joven mujer de aproximadamente 18 años de edad, cuyo cuerpo fue quemado con llantas; el cadáver sin identificar se encuentra en el Servició Médico Forense, este caso fue el feminicidio 82 en el año en Puebla.

Tecamachalco

El 24 de noviembre, vecinos del barrio de San Sebastián encontraron un cadáver semicalcinado, presentaba signos de violencia y estaba envuelto en bolsas de plástico, en la calle 4 Poniente que conduce a la Unidad Deportiva “Aurelio López”.

Durante las diligencias del levantamiento se detectó que el cuerpo correspondía a un varón, quien había sido torturado, ejecutado e intentaron desaparecer su cuerpo prendiéndole fuego.

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