2014-11-13 | Han pasado casi 30 años desde el terrible día en que una joven de 17 años fue cruelmente asesinada. Para su familia el dolor no cesa y su lucha por tratar de mitigarlo es un esfuerzo continuo y complicado.
Se trata del trágico caso de Michelle ‘Missy’ Ávila, una adolescente que en 1985 desapareció y fue tiempo después hallada muerta,
ahogada en el riachuelo de una cañada en un parque nacional en California.
Además del dolor de la tragedia, la familia de Ávila –narra la televisora KABC- sufrió el tremendo impacto de que una de las mejores amigas de su hija, Karen Severson, fue identificada como la homicida tras una investigación que tardó tres años. Otra joven amiga de Missy, Laura Doyle, también fue hallada culpable en el caso. Pero en los primeros momentos tras la muerte de Missy, su amiga y asesina Severson pretendió ayudar a la familia para encontrar al victimario y por un tiempo logró mantener el engaño, viviendo en la propia casa de los Ávila, señalando a supuestos sospechosos y disimulando con frialdad su delito. Severson y Doyle incluso asistieron al funeral de Missy.
Fue, de acuerdo a la KABC, hasta que otra joven que estuvo en el lugar del homicidio decidió hablar, agobiada por la culpa, que las autoridades arrestaron, procesaron y condenaron a prisión a Severson y Doyle por homicidio en segundo grado. En el juicio, el jurado descartó que se tratara de un crimen premeditado y por ello las dos jóvenes no fueron sentenciadas por homicidio en primer grado.
Karen Severson, convicta por el asesinato de Missy Ávila y, tras cumplir su condena, autora de un libro sobre el crimen (Captura de video/KABC)
Karen Severson, convicta por el asesinato de Missy Ávila y, tras cumplir su condena, autora de un libro …
El problema ahora es que, décadas después del crimen, las dos convictas han quedado libres –Severson cumplió 21 años de prisión y Doyle 22- y Severson está promoviendo su libro de memorias en el que relata el crimen, incluyendo cómo ella mató a Missy, supuestamente agobiada por problemas y pleitos en relación a novios y actitudes de la víctima hacia ella. De acuerdo a la KABC, la familia Ávila está enardecida ante la posibilidad de que Severson lucre con el relato del asesinato de Missy. Es como volver a matar su memoria, posiblemente pensarán ellos, esta vez para ganar dinero. Por ello, la familia Ávila se ha movilizado para tratar de evitar esa posibilidad, o al menos de mitigar el impacto que el libro de Severson pueda tener.
Pero las vías legales han sido complicadas. Los Ávila están tratando que una ley que prohibía a criminales convictos lucrar con las historias de sus crímenes vuelva a tener vigencia en California, pero esta norma fue en 2002 hallada inconstitucional por vulnerar los derechos de libre expresión. La familia de Missy y grupos defensores de víctimas de crímenes están actualmente trabajando para proponer una nueva ley, que pueda ser aprobada por el Legislativo californiano y que no sea considerada anticonstitucional, indicó la KABC. Pero eso es un proceso que llevará su tiempo.
Así, por el momento no ha habido modo de frenar ese libro, pese a todo el dolor que le causa a la familia Ávila. Por su parte, Severson ha dicho que ha querido contar su historia, que la muerte de Missy no fue premeditada y que donará parte de las ganancias del libro –y de un documental que también ha preparado- a una organización que lucha contra el bullying como una manera de honrar la memoria de Missy.
Irene Ávila, madre de la joven Missy Ávila, rechaza el libro que la asesina de su hija escribió sobre el caso. (Captura de video/KABC)
Irene Ávila, madre de la joven Missy Ávila, rechaza el libro que la asesina …
Pero la familia Ávila parece que no puede perdonar. Si el tiempo pudo mitigar un poco su dolor, algo que sólo ellos saben, la actitud de Severson ha reabierto la herida. Por lo pronto, según KABC, ellos están trabajando en su propio documental sobre Missy, en el que expondrán su punto de vista de la vida de la joven y de su trágica muerte.
En 1992, una película para televisión inspirada en el caso fue transmitida a escala nacional. Se tituló ‘Killer Among Friends’ y poco antes, en 1991, un libro también basado en el caso fue publicado por la reportera y novelista Karen Kingsbury, que cubrió en su momento la historia del asesinato de Missy.
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