SANTA RITA TLAHUAPAN, PUE.- El penúltimo fin de semana de mayo, una desgracia despertó la inquietud social de cara a un cumulo de necesidades. Nadie, mucho menos la familia de Ana Gabriela, a quien sin haberla conocido dedico estas líneas, pensaron que con su muerte despertaría a un pueblo aletargado en medio de tres ciudades tan importantes como el Distrito Federal, San Martín Texmelucan y Puebla Capital.
Al pie del Iztaccihuatl, existe este municipio poblano, lleno de hermosos paisajes boscosos, dividido por la carretera más importante del este mexicano, la autopista México-Orizaba; de nada sirvió la cercanía al progreso, a la modernidad, a la tecnología: cundo Ana Gabriela murió pocos nos enteramos, pero con el paso de los días todos lo lamentamos.
*ANA GABRIELA, cursaba la educación primaria y nadie imagino jamás lo que ocurrió, como es común en comunidades como esta los niños aun salen a jugar al parque, casi sin supervisión de los adultos, porque aquí casi todos se conocen. Y no tiene nada de particular ver a los niños y niñas llegar a jugar a los parques, como ocurrió con Ana Gabriela esa tarde de sábado.
Todo iba bien, hasta que el destino de Ana Gabriela se cumplió, un gran armazón de fierros le cayó en la cabeza cuando jugaba cerca, su agonía tardo unos minutos, mientras los vecinos trataron de auxiliarla y llamaban por teléfono a los servicio de emergencia que tardaron casi una hora en llegar desde el municipio más próximo; San Martín Texmelucan.
DESPUÉS DE LA CONMOCIÓN…
Todo lo ocurrido hizo pensar los padres de familia de la Colonia Domingo Arenas, y por ahí, algún vecino, reflexiono que a esta comunidad le hace falta un parque digno, con instalaciones seguras, alumbrado, vigilancia pública; además de servicios de primeros auxilios, ambulancia, bomberos; porque de nada sirve tener en este municipio un centro de salud, sin medicamentos, sin servicio médico de calidad y ni pensar en que esté abierto las veinticuatro horas del día todo el año. Con estas reflexiones hechas, las musas lo acudieron y le aconsejaron hacer una marcha, una manifestación pública en reclamo al y los gobiernos de este municipio, que han mantenido a esta comunidad en el rezago.
UNA SEMANA DESPUÉS…
A siete días del fallecimiento de Ana Gabriela todo estaba listo para anunciar al gobierno panista de Mauro Crispin el reclamo de una promesa de campaña incumplida, promesa que ofreció cundo en su cierre de campaña dijo que habilitaría la casa de salud y espacios de recreación dignos, cosas que en más de cien días de gobierno no pintan ni de gris.
LA HORA CERO LLEGÓ…
Al filo de las nueve de la mañana del viernes treinta de mayo, los habitantes de la colonia estaban organizados para marchar por las calles del municipio, para hacerle saber al presidente municipal sus necesidades más apremiantes, poco antes de emprender la marcha formaron un circulo en la calle y ahí se leyeron documentos que informaban que el alcalde estaba al tanto del movimiento social; de pronto uno de los asistentes informo al publico que la autoridad del municipio había lanzado amenazas a los manifestantes, que de manera directa la regidora de educación había visitado las escuelas del municipio para amedrentar a los ciudadanos que tenían la intensión de participar, lo que acaloro los ánimos y levanto las voces.
En los documentos leídos, también se informo de la solicitud al ayuntamiento de apoyo con elementos de seguridad pública porque también asistirían niños compañeritos de Ana Gabriela y madres de familia.
LA FALTA DE EXPERIENCIA Y DE COMUNICACIÓN…
Por su puesto la gente se atemorizo ante amenazas veladas, amenazas que iban desde que al llegar a la presidencia municipal los recibirían con chorros de agua, hasta la presencia de granaderos con escudos y toletes para disuadirlos por la fuerza.
Preocupados los adultos solicitaron a las madres de familia que se llevaran a los niños y que marcharan solo ciudadanos en pleno uso de sus derechos civiles, que les confiere la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Por otra parte de lado de la presidencia, la autoridad municipal sumida en la ignorancia, creyó que los manifestantes tomarían por asalto la presidencia municipal y que causarían destrozos o algo así, porque la seguridad pública estaba en alerta por lo que se pudiera ofrecer, en medio de todo esto se afirmaba que los maestros eran los instigadores de la marcha, pero sin averiguaciones la regidora de educación corrió a acusar a los mentores ante el departamento jurídico de la Secretaria de Educación Pública en la COORDE 18 de San Martín Texmelucan, y un día antes de la marcha, el titular del jurídico Roy Mino por órdenes expresas del coordinador regional en San Martín Texmelucan Javier Cruz Gutiérrez, acudió a las escuelas a amenazar a los maestros con cesarles de su empleo en caso de que se les viera participar en la manifestación. No obstante en un completo acto de cobardía Roy Mino y su jefe Javier Cruz, informaron ante representantes de medios de comunicación, que la visita realizada un día antes a las escuelas de la comunidad obedecían a un censo para evaluar y alentar a los profesores a continuar con un trabajo eficiente y eficaz; nada más lejos de la verdad fueron aquellas aseveraciones, pues fueron las mismas madres de familia las que denunciaron el acoso del que fueron víctimas los maestros por parte de estos prepotentes servidores públicos.
Y NADA PASÓ…
La marcha se realizo, alrededor de cien adultos entre hombres y mujeres incluso de otras comunidades cercanas a la cabecera municipal asistieron, y llegaron a las puertas de la presidencia municipal, y no fue necesaria la fuerza pública, tampoco los maestros participaron, y el alcalde Mauro Crispin salió a recibirlos, falto de tacto, los acuso de no haber hecho nada antes y los responsabilizo por no haberle exigido a administraciones anteriores les cumplieran con esas demandas; y recargo la responsabilidad de la muerte de Ana Gabriela a los ciudadanos.
ADIOS ANA GABRIELA…
Es sorprendente lo que puede pasar después de la muerte, ahora Ana Gabriela está en la mente de los ciudadanos de Tlahuapan, por que las cosas no debieron ocurrir de esa manera, y la colonia Domingo Arenas ha despertado, los despertó esta niña con su trágica muerte.
Ahora saben que se pueden unir, para lograr que su entorno cambie, para que la vida en la colonia, en la cabecera municipal y en este municipio sea más digna y sus autoridades asuman sus responsabilidades.
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