• Muere un detenido en los separos de la Procuraduría

 

  • ¿Los confundieron?, ¿se trató de una ejecución por encargo?, ¿sus vecinos “les pusieron el dedo”?; son parte de las interrogantes que podrían aclarar la muerte de Ricardo Ramírez Rodríguez 

 

   Alfonso Ponce de León Salgado / Intolerancia

 

¿Los confundieron?, ¿se trató de una ejecución por encargo?, ¿sus vecinos “les pusieron el dedo”?; son parte de las interrogantes que podrían aclarar la muerte de Ricardo Ramírez Rodríguez, de 32 años de edad, ocurrida en el interior de las instalaciones de la Policía Judicial del Estado (PJE), la tarde del jueves 31 de enero, y que de manera “oficial” sucedió como consecuencia de una bronco aspiración.

 

La muerte de Ramírez Rodríguez, detenido por los agentes Edgar Rolando Contreras Chang, placa 762, y José Díaz Salinas, placa 534, adscritos a la subdirección Operativa Metropolitana, encierra muchas irregularidades que hacen suponer que existió tortura, privación ilegal de la libertad, abuso de autoridad, entre otros, sobre todo porque los horarios de detención, muerte e inicio de investigaciones no concuerdan.

 

De acuerdo al informe rendido por el agente Contreras Chang, radicado dentro de la averiguación previa 18/2008/DMS/2, él y su pareja Días Salinas, interceptaron —a las 15:00 horas del jueves— en la esquina de la avenida Juárez y la 17 Sur a Ricardo Ramírez Rodríguez, de quien dicen iba solo y caminaba, a quien ya andaban buscando porque tenían la sospecha de que se dedicaba a cometer robos a casas habitación, por lo que dicen le pidieron que se identificara y éste sólo les dijo que se llamaba Ricardo.

 

El mismo informe dice que “lo invitaron” a que los acompañara a las instalaciones de la PJE y que éste les dijo que “no tenía ningún inconveniente”, y que al momento de que lo tenían en el área de seguridad y registro AFIS, éste comenzó a toser, se hincó y, pese a que trataron de ayudarlo, murió como consecuencia de una posible asfixia, que más tarde fue confirmada por un médico legista que se hizo cargo de la práctica de la necropcia.

 

Las contradicciones empiezan desde la detención, el informe indica que ésta fue a las 15:00 horas; sin embargo el médico que se encargó de declararlo muerto, dejó asentado en el acta de defunción que ésta ocurrió a las 15:00 horas.

 

Otro reporte que se presume alterado fue el de la hora del levantamiento de cadáver, ya que el agente del Ministerio Público, Ricardo Herrera Saldivar, dio inicio a las actuaciones a partir de las 15:30 horas y en su reporte indica que fue enterado del deceso a las 15:25 horas.

 

Cuando se enteraron que mi hermano había muerto me intentaron asesinar: ARR

Dos declaraciones que obran, la primera en el Ministerio Público de Atlixco y la segunda en la Dirección de Averiguaciones Previas Metropolitana Sur, de Antonio Ramírez Rodríguez, propietario de varias empresas, entre éstas una de seguridad privada, echan por tierra el informe de los dos agentes de la PJE, en el sentido del lugar y la hora de la detención, incluso dejan en claro que fueron al menos cuatro los agentes que podrían estar involucrados en un caso de tortura y homicidio.

 

Antonio dice que fue a las 12:30 horas del jueves y no a las 15:00 horas que su hermano Ricardo y él mismo fueron detenidos por un grupo de agentes de la PJE, cuando salieron del hospital Ángeles, en la zona Angelópolis, ambos iban a abordar el vehículo Mondeo de color plata, propiedad de la esposa de Antonio, cuando dos sujetos descendieron de un vehículo Pointer de color negro, les dijeron que eran judiciales y que iban a revisar la unidad.

 

En esas estaban cuando se acercó un segundo vehículo, Antonio no sabe si fue un Topaz o un Cavalier de color rojo, pero de esta unidad bajaron otros dos sujetos que se llevaron por la fuerza a Ricardo, en tanto que a él lo pasaron a la parte trasera de la unidad, lo obligaron a que se acostara en el piso de la misma y le pusieron encina tres chamarras; el conductor le ordenó que no se moviera o le iba a meter un balazo en la pierna y lo iba a amarrar.

 

El mismo conductor le dijo que “ya no se hiciera pendejo”, que no encubriera a su hermano, que estaba enterado de todo lo que hacía y que desde el sábado 26 de enero ya los estaban siguiendo.

 

Le dijo que a él y a su hermano los vieron salir de su casa llevando motos acuáticas, que estuvieron en Valsequillo y que después se fueron al Gotcha, luego le afirmó haber visto a su hermano sacar de su casa una Voyager de color verde, sin placas, pero Antonio le aclaró que esa unidad es propiedad de su vecino, a quien sólo conoce como Jerry.

 

El agente que estaba interrogando —el que iba al frente del volate— le dijo que ya sabían que su hermano Ricardo había asaltado un Telcel y que había llegado en una Lincon Navigeitor, pero las fechas no coincidían, ellos habían comprado esa camioneta entre el 10 y 11 de enero y esta misma había cruzado la frontera el 8, sin embargo el asalto se había reportado antes.

 

El interrogador volvió a decirle que por estar encubriendo a su hermano ya había pasado a perjudicar a Alfonso Domínguez —uno de sus amigos— y que lo iban a ir a detener, todo por “andarse metiendo en pedos”.

 

Alfonso y su esposa, dice Antonio Ramírez, se dedican a la venta de muebles rústicos.

 

Antonio no sabía a dónde lo llevaban cuando el mismo agente que lo interrogaba le dijo que le diera los 500 mil pesos que su hermano tenía guardados en su casa.

 

El dinero —le explico el judicial— era propiedad de Pepe Kaufman, otro de sus vecinos, y que éste se los había robado y se los había dado a guardar a su hermano, pero ya no se los quería regresar y le advirtió que si no le daba ese dinero sí lo iban a matar.

 

Una llamada del MATRA, la sentencia de muerte

Las amenazas y los interrogatorios continuaron por varias horas, Antonio no sabía dónde estaba su hermano ni a dónde se lo llevaban, pensó que iban a meterse a su casa y temía por su vida y en otras les pedía que le compraran dos aspirinas porque se sentía mal y antes había sufrido un infarto.

 

El judicial que iba al frente del volante del Pointer negro, cada cinco minutos se bajaba de la unidad para efectuar una llamada telefónica, luego regresaba con más amenazas, hasta que una llamada de radio MATRA llamo su atención.

 

Para ese momento el agente conductor era el que amenazaba, el copiloto sólo trataba de controlar las cosas y le decía a Antonio que él no tenía broncas, que todo era por su hermano, sin embargo la llamada lo cambio todo.

 

El agente conductor llego serio, le dijo a su compañero en clave “62” y luego “64”, fue cuando el copiloto se bajó de la unidad y trajo de la cajuela una cobija que hecho encima de Antonio y le dijo: “yo sí te meto un plomazo si te mueves”.

 

Antonio narró a Intolerancia Diario que en esos momentos sintió que iba a morir, los agentes ya no se comunicaban entre ellos, ya no había amenazas, la radio MATRA trasmitía conversaciones entre agentes, con todo y claves y Antonio sintió que lo estaban sacando de la ciudad, les preguntó si se trataba de un secuestro y uno de ellos le dijo: “no digas pendejadas”.

 

Hubo un instante que Antonio tomó fuerzas, aprovechó que los agentes estaban preocupados y bajó lentamente la ventanilla del asiento trasero del conductor, la puerta no tenía palanca, por lo que cuando sintió que la ventana había bajado en su totalidad le aventó las chamarras y las cobijas la los agentes, sacó medio cuerpo por la ventanilla y comenzó a gritar: “me quieren secuestrar”.

 

Los agentes no pudieron controlarlo ni hacer nada, para ese momento cinco o seis personas que estaban frente a un restaurante les gritaban: “ya los vimos”; fue cuando los dos judiciales se subieron a su vehículo, se dieron vuelta en “U” y regresaron, Antonio se había salvado.

 

Cronología de una muerte aún no aclarada

12:30 horas, Antonio y Ricardo Ramírez Rodríguez fueron detenidos al salir de la clínica Ángeles.

 

15:00 horas el médico de guardia en la PGJ confirma la muerte de Ricardo, por sofocación.

 

15:30 horas el Ministerio Público de la Segunda Mesa inicia investigaciones, tras la muerte de Ricardo.

 

16:50 horas, Antonio escapa de los dos agentes que intentaron asesinarlo.

 

17:40 horas, Antonio presentó denuncia por lo ocurrido ante el Ministerio Público de Atlixco.

 

11:30 horas, tras ocular lo ocurrido desde las 15:00 horas la PGJ reconoce que uno de los detenidos murió.

 

19:00 horas del viernes primero de febrero, los agentes Edgar Rolando Contreras Chang, placa 762 y José Díaz Salinas, placa 534, son interrogados y consignados por abuso de autoridad.

 

2:00 horas del sábado, los agentes obtienen su libertad y continúan trabajando, como si nada.

 

 

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